Nada existe por azar al igual que nada se crea de la nada. Todo tiene una causa, y si tiene una causa estaba predestinada a existir desde el momento en que la causa surgió.
Si nosotros analizamos nuestra vida hasta este momento notamos que han sucedido una cadena de eventos que nos trajeron hasta aquí y nos damos cuenta que tenían una razón justificable de que debían suceder, ahí nos veremos que todo tubo un motivo del porqué debió suceder, y notaremos que el pasado tiene un diseño tan perfecto como el destino.
Seguramente dirás que pudiste hacer otra cosa y cambiar algo del pasado para que no suceda este presente, por ejemplo “Si no salía de casa hoy, no hubiera chocado el auto”, “Si hubiera invertido en ese proyecto, hoy tendría una casa”, dichas frases son solo suposiciones, lo curioso de esto es que lo otro nunca pasó, ni sucedió, ni sucederá, solo ocurrieron en la mente y nos engaña a creer que teníamos el poder de cambiarlo; pero en realidad eso nunca pasó, solo eran una ilusión. De miles de caminos a elegir, solo iremos por uno, el resto son solo ilusiones. Existen muchas alternativas a donde ir, pero solo hay un único camino marcado, y pase lo que pase, solo estarás en uno de ellos. Se marca una sola línea en la cual recoremos. (...)
¿Si el destino existe, entonces nunca decidimos?, resulta muy chocante saber que nunca decidimos y que vivimos en un mundo ya planificado y que hagamos lo que hagamos no podemos escapar de nuestro destino, aparentemente nos quita la libertad. Al contrario de todo esto, aceptar al destino es encontrar la libertad, es estar mas cerca a Dios, ya que tus decisiones alienadas a la decisión de Dios, el espíritu entra en paz y no es prisionera de los engaños de la mente.
Desde un punto de vista religioso el destino es un plan creado por Dios, por lo que no puede ser modificado de ninguna manera. Esto, por supuesto, exceptuando el conocimiento judeocristiano que rechaza de plano (desde la Sagrada Escritura) la existencia de una predestinación absoluta (debido al libre albedrío, que entre otras cosas, hace al hombre ser imagen y semejanza de Dios). La Voluntad de Dios es lo que el quiere para nosotros y debemos aceptarla, no queda otra. El desea que sea y sucededa así, no elejimos, el elije. Limitaríamos su poder al irnos en contra de Dios y él es omnipotente.
Toquemos algunos puntos del libro sagrado en donde nos indican que debemos aceptar la voluntad de dios ya que aceptándola podremos comprender a Dios y el destino:
“Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra de rectitud”. SALMO 143:10
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. MATEO 6:10
Aceptando el destino se pierde sentido odiar o tener envidia de alguien, dejamos de sufrir por eventos que van en contra de nuestras leyes materiales, aceptamos con paz los eventos de la vida, eliminamos la preocupación y nos centramos en las soluciones, entramos en armonía y empezamos a comprender la evolución. Intentar cambiar nuestro destino es negar el plan de Dios, y de Dios nadie escapa"...
Esto queda a criterio de cada uno, si cree o no cree en que Dios nos mandó al mundo, o que las cosas suceden porque sí nomas, solamente por obra del hombre, (y la mujer por supuesto) Lo elegís vos, porque es por algo que tenemos libertad de pensar. :)